viernes, 8 de abril de 2011

Gbagbo no es un golpista




Se intensifica la situación en Costa de Marfil. Para favorecer sus intereses, países imperialistas como Francia y organismos que sirven a éstos como las Naciones Unidas, han impulsado el conflicto que vive Costa de Marfil.



El académico marfileño Sylvain Poosson profesor de Literatura Hispanoamericana y director de Estudios Internacionales de la Universidad de Hampton. Dijo que aunque esté lejos, sabe analizar y conoce con detalles la realidad de su país, que en los últimos meses le quitó el sueño: “Gbagbo cometió muchos errores. Pero es el padre de la democracia, militó más de veinte años en la política de su país y esperó por un proceso de elecciones democráticas para acceder a la presidencia. No es golpista, respeta los derechos de su pueblo. Ouattara, en cambio, es un asesino sin piedad y codicioso que haría cualquier cosa por sentarse en el sillón del poder”, y ademas señalo que los medios occidentales y sobre todo franceses deslegitiman a Gbagbo como presidente porque él intentó rediseñar la política económica, lo que afectaría a París.

Tras la crisis electoral sucedida luego de que el presidente de la nación africana, Laurent Gbagbo, se negara a entregarle el poder a su rival, Alassane Ouattara, a quien la ONU declaró ganador de las elecciones de noviembre pasado, se ha acentuado el conflicto y se hacen obvias las intenciones de Francia y la ONU para intervenir Costa de Marfil.

En marzo de este año, se agravó el conflicto en el país africano cuando seguidores de Gbagbo comenzaron a defender el poder.

El analista Raimundo Kabchi, consideró que Ouattara, que es apoyado por las fuerzas del imperio ''prácticamente representa el Fondo Monetario Internacional (FMI), ha sido director de África del FMI. Ha hecho que muchos países africanos padezcan de hambre, de necesidades, incluso de muchos conflictos''. Señaló que, por otro lado, se encuentra Gbagbo que ''simboliza el progresismo (...) adelantó una política para impulsar en Costa de Marfil, por primera vez, el seguro social. Sumado a esto, Gbagbo también ''adelantó la agricultura de su país (...) que pasó a representar el principal productor de cacao en África'', dijo el internacionalista.

"Uno de los principales puntos de la plataforma de Gbagbo para las elecciones de noviembre se basó en un rediseño de la política económica del país, que indefectiblemente afectaba a Francia y a los negocios que ese país tiene en la nación africana (...) Francia tiene 2500 empresas en Costa de Marfil y se reparte con Inglaterra la compra de la producción de petróleo y cacao (base de la economía marfileña) de mi país. Costa de Marfil gana, por la venta de esos productos, el 12 por ciento de las ganancias que genera Francia con su reventa. Esa es la amenaza a la que se enfrenta Francia si Gbagbo sigue en la presidencia. Cuando fue ministro de Economía (entre 1990 y 1993), Ouattara se encargó de vender todas las empresas estatales a capitales privados, en su mayoría extranjeros. París se benefició enormemente", señala Poosson con respecto a la intervención de Francia en el país.

Francia aseguró hace dos días, que la situación en Costa de Marfil sería resuelta. La nación europea no descartó una intervención militar mucho más intensa.

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