El oficialismo chileno presenta mañana en el Congreso un proyecto que pretende entregar unos nueve mil indultos para descongestionar los recintos penales. Tuvo que aclarar que la medida no alcanzará a pinochetistas tras las rejas.
El tema es complejo. Por un lado, la crisis carcelaria en Chile es un asunto innegable que quedó de manifiesto con la muerte de más de 80 presos en el hacinado penal de San Miguel a fines de 2010, lo que tiene sentido con el proyecto presentado por el gobierno de Sebastián Piñera que pretende entregar unos 9 mil indultos para descongestionar los recintos penales.
El proyecto, que ingresará mañana al Congreso, se divide en cuatro medidas bastante obvias: evitar que sean encarceladas las personas que no paguen multas en dinero, reemplazar las condenas inferiores a un año por servicio comunitario, el establecimiento de criterios técnicos objetivos para el otorgamiento de la libertad condicional y la aplicación del “indulto conmutativo” para aquellas personas que cumplan reclusión nocturna y salida libre. A ellos se sumarán aquellas mujeres que cometieron delitos menores, que cumplieron dos tercios de su pena y presentan una conducta intachable.
En este sentido, el vicepresidente de la república, Rodrigo Hinzpeter, aclaró que las medidas buscan que “sean los delincuentes violentos y agresivos los que estén en las cárceles y no quienes han cometido por primera vez un delito no peligroso o no violento o quienes no han tenido los recursos para pagar una multa”. Sostuvo además que si bien se podrían incluir indultos masivos, ésa no es la principal medida para combatir la crisis carcelaria. “El indulto va a ser una cuestión marginal, muy pequeña y a casos muy acotados, aquí estamos buscando otras medidas para el uso racional de la cárcel”, insistió.
El tema es complejo. Por un lado, la crisis carcelaria en Chile es un asunto innegable que quedó de manifiesto con la muerte de más de 80 presos en el hacinado penal de San Miguel a fines de 2010, lo que tiene sentido con el proyecto presentado por el gobierno de Sebastián Piñera que pretende entregar unos 9 mil indultos para descongestionar los recintos penales.
El proyecto, que ingresará mañana al Congreso, se divide en cuatro medidas bastante obvias: evitar que sean encarceladas las personas que no paguen multas en dinero, reemplazar las condenas inferiores a un año por servicio comunitario, el establecimiento de criterios técnicos objetivos para el otorgamiento de la libertad condicional y la aplicación del “indulto conmutativo” para aquellas personas que cumplan reclusión nocturna y salida libre. A ellos se sumarán aquellas mujeres que cometieron delitos menores, que cumplieron dos tercios de su pena y presentan una conducta intachable.
En este sentido, el vicepresidente de la república, Rodrigo Hinzpeter, aclaró que las medidas buscan que “sean los delincuentes violentos y agresivos los que estén en las cárceles y no quienes han cometido por primera vez un delito no peligroso o no violento o quienes no han tenido los recursos para pagar una multa”. Sostuvo además que si bien se podrían incluir indultos masivos, ésa no es la principal medida para combatir la crisis carcelaria. “El indulto va a ser una cuestión marginal, muy pequeña y a casos muy acotados, aquí estamos buscando otras medidas para el uso racional de la cárcel”, insistió.
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