Un niño de tres años falleció el domingo en la comunidad de Pinheirinho, al sureste de Brasil, luego que el gobernador de Sao Paulo, Gerardo Alckmin, ordenara el desalojo de nueve mil personas que ocupaban desde 2004 terrenos de una empresa quebrada.
Al menos dos mil funcionarios de la Policía Militar (PM) fueron movilizados por Alckmin por tierra y aire para sacar del lugar con balas de goma y gas lacrimógeno a las cerca de dos mil familias, entre ellas dos mil 600 niños.
“Perdimos a un niño de tres años por una bala de la policía y otro compañero también está muerto” precisó la portavoz del Frente de Resistencia Urbana, Elena Silvestre, quien añadió que hasta el momento no manejan una cifra precisa de los fallecidos.
“Sabemos que hay personas que fallecieron en el interior de sus casas debido a los ataques que la policía realizó desde el aire. También hay personas que están desaparecidas y no sabemos si están vivas o muertas”, agregó.
Silvestre aseguró que todas las familias de la comunidad de Pinheirinho fueron desalojadas a la fuerza, “lo que queda en el lugar son nuestras cosas porque no logramos sacar nada, sólo lo básico porque nos estaban buscando con toda violencia”. Destacó que cerca de 800 personas se encuentran refugiadas en un iglesia de la zona.
La portavoz resaltó que desde las 5 de la mañana del domingo la Policía Militar llegó a Pinheirinho para proceder con la orden de desalojo, dictada por el gobernador Gerardo Alckmin. “Nadie se lo esperaba un domingo, día en que están prohibidos los desalojos en Brasil (...) Llegaron lanzando bombas de gas desde el aire y por tierra una tropa con caballos y perros”, acotó Elena Silvestre.
Indicó que desde 2004 cuando llegaron a las tierras intentaron desalojarlos en varias oportunidades, pero debido a la organización que tenían lograron quedarse en el lugar. Añadió que el desalojo del domingo es una decisión de la justicia provincial de Sao Paulo, pese a que existe un acuerdo de la justicia federal que les permitía permanecer en las tierras.
“Cuando iba a empezar la operación, un oficial de la justicia federal intentó hablar con el comandante y explicar la situación pero el propio oficial fue recibido con balas de goma y no fue posible el diálogo en ningún momento”, puntualizó Elena Silvestre.
Fuente: Telesur
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