Hermanos míos, hermanos de mi corazón.
Desde la jaula de acero y cemento donde me tienen prisionero en Caracas, Venezuela, les mando a ustedes y el pueblo de Puerto Rico, un cálido abrazo de Patria Grande.
Felicitaciones por los Grammy. ¡Gracias por tanta alegría y que viva Latinoamérica!
Hermanos, yo soy un colombiano macondiano, que al igual que ustedes, también he tenido el atrevimiento de alzarme en canto, para ayudar a dibujar el camino que habrá de conducirnos a la realización de la Paz con Justicia y Amor: el sueño infinito de Filiberto Ojeda Ríos.
Por esta causa, que es la más noble y hermosa que existe sobre la tierra, he sufrido desde niño persecuciones, cárcel, torturas, atentados, asaltos, emboscadas, bombardeos y ametrallamientos… Yo soy uno de los pocos sobrevivientes del genocidio que fue víctima la Unión Patriótica; genocidio que es apenas, uno de los tantos crímenes del imperialista Plan Cóndor… Que NO se olvida.
Después de más de cuarenta años de andar disparando canciones libertarias como Benjo Cruz, Alí Primera, Víctor Jara, Cañoto, Mercedes Sosa, Cristian Pérez, Carlos Puebla, Violeta Parra, Atahualpa Yupanky y tantos otros guerrilleros del canto, por problemas de salud producto de la represión, enfermedades mal curadas y los achaques propios de la edad, me vi obligado a venir a la República Bolivariana de Venezuela en busca de refugio y atención medica, pero lo que encontré fue la prisión.
Claro también encontré de parte del Bravo Pueblo, hijo de Bolívar, la más bella solidaridad. Solidaridad que ha ido extendiéndose por todo el planeta pidiendo al Gobierno de la Revolución Bolivariana, en especial al Comandante Hugo Chávez, que en cumplimiento de los acuerdos, tratados, leyes internacionales y las propias de Venezuela, me devuelvan la Libertad y conceda el Asilo político ó me remitan a un tercer país neutral; ya que extraditarme a Colombia o a los Estados Unidos, es la tortura y la muerte.
Hermanos míos, si esto último llegase a ocurrir, porque la fuerza del de terror imperial se impone sobre la solidaridad, el amor y la ternura y se violan los acuerdos, tratados y leyes que me protegen, les pido a ustedes y a todos los cantores y cantoras que sueñan un mundo mejor, que hagan suya mi canción, con eso me alcanza y me sobra para morir feliz.
Amoroso abrazo… y VAMOS CAMINANDO!!!
Sin vender nuestra conciencia, sin traicionar nuestra canción… Amando la Patria, insurreccionados contra la privatización de la Tierra, el Sol, la Luna, las Estrellas… LA FELICIDAD.
Julián Conrado