jueves, 13 de octubre de 2011

A 10 años de invasión en Afganistán, crecen la producción de drogas y torturas


Desde que comenzó la invasión estadounidense en Afganistán, el país es víctima de una fuerte destrucción social y material
.

La inseguridad y el repunte de los precios internacionales impulsaron la producción de opio en Afganistán en 2011, denunció la oficina de la ONU contra la droga y el delito (UNODC).

En su reporte anual sobre el cultivo de opio, principal ingrediente para fabricar heroína, la agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) confirmó que Afganistán continúa como principal productor de amapola en el mundo al producir 80 por ciento del consumo mundial.

Los cultivos de amapola para producir opio en Afganistán alcanzaron las 131 mil hectáreas en 2011, 7.0 por ciento más respecto a 2010, debido a la inseguridad y los elevados precios del mercado”, destacó el organismo con sede en Viena, Austria.

El informe, producto de un estudio sobre el opio en Afganistán realizado por la UNODC en Kabul, el Ministerio de Estupefacientes y la Policía Antinarcóticos de Afganistán, destacó que el crecimiento se da pese la lucha del gobierno para detener el cultivo.

De acuerdo con el documento, los esfuerzos del gobierno del presidente afgano Hamid Karzai permitieron erradicar este año 65 por ciento más de campos de cultivo respecto a 2010, pero sólo representan el 3.0 por ciento del área total de cultivo en el país.

Elogio la labor del Ministerio de Estupefacientes y la Policía Antinarcóticos de Afganistán. Ambas instituciones han trabajado duro para mejorar sus actuaciones generales”, destacó en el reporte el director ejecutivo de la UNODC, Yury Fedotov.

No obstante, si bien ha habido progresos en algunas áreas de la lucha contra el narcotráfico, los indicadores de mediano plazo para la producción de opio no son positivos, reconoció el documento, difundido en la página de internet de la UNODC.

El cultivo de amapola en 2011 en Afganistán llegó a 131 mil hectáreas, ocho mil hectáreas más en comparación con las 123 mil de los dos años anteriores.

Afganistán tiene actualmente 17 provincias dedicadas al cultivo de la amapola, tres más respecto a las 14 de hace un año, y en provincias que habían sido declaradas “libres de opio”, lo que significa que recayeron y han vuelto a producir opio, indicó el reporte.

La UNODC considera que esto obedece en gran medida al repunte en los precios internacionales del opio seco, que han aumentado en lo que va del año 43.0 por ciento respecto a 2010.

Respecto a los niveles de consumo, el organismo de la ONU precisó que Afganistán sufre de una de las mayores tasas de consumo de opio en el mundo, de 2.65 por ciento, después de que en 2005 se ubicó en 1.4 por ciento a nivel mundial.

La agencia de inteligencia afgana y las fuerzas policiales han estado torturando "sistemáticamente" a detenidos, niños entre ellos, en varias cárceles del país, vulnerando las leyes nacionales e internacionales, según recoge un informe de Naciones Unidas.

Decenas de personas han dicho a la ONU que la Dirección Nacional de Seguridad (DNS) y la Policía Nacional Afgana habían abusado de ellos física o mentalmente, dándoles palizas o usando electrocución o arrancándoles las uñas, según el informe.

El responsable de la ONU en Afganistán, Staffan de Mistura, ha asegurado que la tortura no es institucional ni una política gubernamental, y ha alabado al ministerio y la agencia de inteligencia por permitir el acceso a sus prisiones para realizar la investigación.

El Gobierno afgano rechazó muchas de las acusaciones, pero reconoció que se han producido algunos abusos y añadió que estaban adoptándose pasos para evitar problemas futuros.

La Misión de Asistencia de la ONU en Afganistán (UNAMA, por su sigla en inglés) llevó a cabo entrevistas con 379 detenidos a la espera de juicio y prisioneros condenados en 47 instalaciones diferentes entre octubre de 2010 y agosto de 2011.

En el informe se recoge que 324 detenidos estaban acusados de delitos vinculados con la guerra.

Hubo tortura sistemática en cinco "instalaciones" del NDS, asegura el informe, y "acusaciones múltiples y creíbles" de tortura en otras dos. También hay acusaciones de otros 17 lugares que la ONU continua investigando.

Casi la mitad de los entrevistados eran supuestos insurgentes, un 20% detenidos cuando llevaba explosivos y un 11% eran atacantes suicidas que no tuvieron éxito en sus planes.

La UNAMA ha explicado que la mitad de los entrevistados en instalaciones del NDS experimentaron técnicas de interrogación que constituyen tortura. De los que estaban en instalaciones policiales, más de un tercio de los 117 supuestos insurgentes o los que se creen que asistían a insurgentes dijeron a la UNAMA que habían sido objeto de tortura o tratamiento inhumano.

Más allá de los maltratos físicos, que incluyeron humillaciones sexuales, muchos prisioneros también dijeron que fueron retenidos más tiempo de lo que permitía la ley y se les había negado la visita de familiares.






Fuente: Resumen Latinoamericano

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