No se puede revertir una realidad OBJETIVA constatada por la medicina: Julián Conrado está gravemente enfermo. Por lo tanto tampoco puede ser entregado a Colombia en virtud de la Convención de Ginebra. Hay otras Convenciones internacionales y disposiciones del DIH, así como de la propia constitución bolivariana de Venezuela, que impiden su entrega.
Una de ellas es la Convención contra la Tortura, que impide entregar a un ser humano, perseguido político a un país como Colombia cuyo prontuario de violaciones a los derechos humanos y cuya práctica de la tortura en las cárceles es denunciada reiteradamente. Se espera que el DIH y la Constitución venezolana sean respetados, y se le otorgue Asilo al Cantor Julián Conrado.
El régimen colombiano está dando patadas mediáticas: es decir inventando mentiras porque ve que esta vez Venezuela no está dispuesta tan fácilmente a violar la legalidad procesal.
El caso de Julián Conrado activó de nuevo la máquina de infamias y escupitajos mediáticos de la reacción colombiana. En la última semana y apremiados por la ola de solidaridad internacional, así como por la puesta a derecho del artista diversos voceros del gobierno de Santos, atacaron el tema lanzando a rodar las mentiras a las que ya estamos acostumbrados.
Al cantor, que según ellos no canta sino “andaba con una guitarra por allí”, le comenzaron a inventar delitos inexistentes hace un mes y, no podía faltar, a Venezuela le revivieron en el territorio nuevamente los “santuarios” de las FARC-EP y el ELN, afirmado esto último por el Comandante de las Fuerzas Militares de Colombia Edgar Cely.
El gobierno venezolano mantiene buenas relaciones diplomáticas con el régimen colombiano, pero no está dispuesto a pisotear nuevamente la Constitución de Venezuela y el DIH, para complacer a Santos y al generalato colombiano, entregándoles un perseguido político en violación al procedimiento legal, y a los amparos de los DDHH que están contemplados en el DIH. Parece ser que el gobierno venezolano esta vez ha entendido el grave costo político, y el riesgo que corre si persiste en la violación del DIH; entonces las cosas se están haciendo con mayor legalidad con Julián Conrado que en el triste caso del periodista Joaquín Pérez Becerra que fue entregado violando toda legalidad procesal, todo el DIH, el Estatuto del Refugiado, el derecho a la defensa, y hasta la constitución venezolana. Como esta vez el gobierno de Venezuela parece haber asumido mayor soberanía, el régimen colombiano pone en efervecencia su maquinaria de mentiras.
Ante las calumnias y mentiras llenas de inhumanidad del régimen colombiano, cabe resaltar que el Cantor Julián Conrado está ENFERMO: testimonio de ello los módulos de Barrio adentro, los médicos, la propia salud del cantor que un médico y los pertinentes análisis han constatado y pueden y deben constatar en ejercicio del tratamiento que requiere; testimonio el apoyo brindado por FUNDALATIN que en su labor solidaria y humanitaria ha logrado hacer que la causa del cantor entre dentro de la legalidad, logrando, a día 66 de su detención ilegal en Venezuela, que fuera finalmente presentado ante un fiscal, con lo cual se espera que se le empiecen a respetar sus derechos humanos: derecho a defensa, a abogados, y derecho a asistencia médica, entre otros derechos fundamentales.
Los generales Colombianos y sus medios de desinformación dicen ahora que sus "fuentes de inteligencia" habrían "informado" que el comandante guerrillero Iván Marquez "habría impartido la orden" de que Julián Conrado se "montara una enfermedad" para evitar ser entregado al régimen Colombiano. El invento de sus "fuentes de inteligencia" esta vez nuevamente los pone en ridículo, y obviamente que Venezuela no dará crédito a esas mentiras, y con más razón se evidencia la saña y persecución política contra el cantor desatada por el gobierno colombiano.
Esta mentira no es otra cosa que una de las mentiras a las que tiene acostumbrados al mundo el gobierno colombiano. El mundo aún recuerda cuando el régimen colombiano utilizó los logos de la Cruz Roja Internacional para disfrazar los helicópteros militares, en una violación al DIH sin precedente; el mundo aún recuerda la grappa de mentiras relativas al bombardeo que efectuó el régimen colombiano contra territorio ecuatoriano, en el 2008; el mundo sabe de los macabros asesinatos de civiles mal llamados "falsos positivos", de los que ya hay 3200 casos documentados, que se basan en asesinatos reales y mentiras macabras: los militares asesinan a civiles y los disfrazan, y hacen pasar sus cadáveres por "guerrilleros abatidos en combate".
El mundo pide asilo para Julián Conrado, que cesen las entregas de perseguidos políticos, que sea respetado el DIH, que sean respetados los amparos humanitarios relativos a enfermos, que sea respetada la constitución venezolana, que cesen las mentiras.
El régimen colombiano está dando patadas mediáticas: es decir inventando mentiras porque ve que esta vez Venezuela no está dispuesta tan fácilmente a violar la legalidad procesal.
El caso de Julián Conrado activó de nuevo la máquina de infamias y escupitajos mediáticos de la reacción colombiana. En la última semana y apremiados por la ola de solidaridad internacional, así como por la puesta a derecho del artista diversos voceros del gobierno de Santos, atacaron el tema lanzando a rodar las mentiras a las que ya estamos acostumbrados.
Al cantor, que según ellos no canta sino “andaba con una guitarra por allí”, le comenzaron a inventar delitos inexistentes hace un mes y, no podía faltar, a Venezuela le revivieron en el territorio nuevamente los “santuarios” de las FARC-EP y el ELN, afirmado esto último por el Comandante de las Fuerzas Militares de Colombia Edgar Cely.
El gobierno venezolano mantiene buenas relaciones diplomáticas con el régimen colombiano, pero no está dispuesto a pisotear nuevamente la Constitución de Venezuela y el DIH, para complacer a Santos y al generalato colombiano, entregándoles un perseguido político en violación al procedimiento legal, y a los amparos de los DDHH que están contemplados en el DIH. Parece ser que el gobierno venezolano esta vez ha entendido el grave costo político, y el riesgo que corre si persiste en la violación del DIH; entonces las cosas se están haciendo con mayor legalidad con Julián Conrado que en el triste caso del periodista Joaquín Pérez Becerra que fue entregado violando toda legalidad procesal, todo el DIH, el Estatuto del Refugiado, el derecho a la defensa, y hasta la constitución venezolana. Como esta vez el gobierno de Venezuela parece haber asumido mayor soberanía, el régimen colombiano pone en efervecencia su maquinaria de mentiras.
Ante las calumnias y mentiras llenas de inhumanidad del régimen colombiano, cabe resaltar que el Cantor Julián Conrado está ENFERMO: testimonio de ello los módulos de Barrio adentro, los médicos, la propia salud del cantor que un médico y los pertinentes análisis han constatado y pueden y deben constatar en ejercicio del tratamiento que requiere; testimonio el apoyo brindado por FUNDALATIN que en su labor solidaria y humanitaria ha logrado hacer que la causa del cantor entre dentro de la legalidad, logrando, a día 66 de su detención ilegal en Venezuela, que fuera finalmente presentado ante un fiscal, con lo cual se espera que se le empiecen a respetar sus derechos humanos: derecho a defensa, a abogados, y derecho a asistencia médica, entre otros derechos fundamentales.
Los generales Colombianos y sus medios de desinformación dicen ahora que sus "fuentes de inteligencia" habrían "informado" que el comandante guerrillero Iván Marquez "habría impartido la orden" de que Julián Conrado se "montara una enfermedad" para evitar ser entregado al régimen Colombiano. El invento de sus "fuentes de inteligencia" esta vez nuevamente los pone en ridículo, y obviamente que Venezuela no dará crédito a esas mentiras, y con más razón se evidencia la saña y persecución política contra el cantor desatada por el gobierno colombiano.
Esta mentira no es otra cosa que una de las mentiras a las que tiene acostumbrados al mundo el gobierno colombiano. El mundo aún recuerda cuando el régimen colombiano utilizó los logos de la Cruz Roja Internacional para disfrazar los helicópteros militares, en una violación al DIH sin precedente; el mundo aún recuerda la grappa de mentiras relativas al bombardeo que efectuó el régimen colombiano contra territorio ecuatoriano, en el 2008; el mundo sabe de los macabros asesinatos de civiles mal llamados "falsos positivos", de los que ya hay 3200 casos documentados, que se basan en asesinatos reales y mentiras macabras: los militares asesinan a civiles y los disfrazan, y hacen pasar sus cadáveres por "guerrilleros abatidos en combate".
El mundo pide asilo para Julián Conrado, que cesen las entregas de perseguidos políticos, que sea respetado el DIH, que sean respetados los amparos humanitarios relativos a enfermos, que sea respetada la constitución venezolana, que cesen las mentiras.
Fuente: ANNCOL
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