La situación que atraviesan los refugiados somalíes que han tenido que abandonar su territorio por causa de la crítica hambruna existente en el país, es de extrema gravedad. Estas personas huyen a Kenia y están obligadas a resguardarse en campamentos con poca capacidad y a ser sometidas a precarias condiciones.
En el campo de refugiados de Dadaab, el más grande del mundo, hay más de 400 mil personas que están viviendo allí cuando este campamento tiene en realidad capacidad para apenas 90 mil.
La mayoría de ests personas son somalíes que han llegado hasta alli caminando dos, tres, cuatro semanas, carecen de comida, carecen de agua, muchos de ellos mueren en el camino.
Muchos niños llegan huérfanos al campamento ya sea porque pierden a sus padres en el camino o bien porque se han quedado allí (en Somalia) luchando'o incluso han muerto en estas batallas sobre todo producidas entre clanes.
Somalia enfrenta un conflicto armado entre clanes que obliga a su población a escapar a estados vecinos, lo que intensifica la situación ya afectada por la grave sequía.
Los refugiados permanecen unos seis meses en precarias tiendas de campañas antes de ser ubicados en lugares donde reciben alimentación y ayuda de manera más regular.
Las Naciones Unidas advierten que la sequía amenaza a 12 millones de personas en la región africana. Ante esta situación el organismo decretó formalmente la hambruna en dos provincias del sur de Somalia: Bakool y Baja Shabelle.
Casi la mitad de la población somalí, unos 3,7 millones de personas atraviesa una crisis humanitaria, de los cuales 2,8 millones residen en el sur, indican los datos facilitados por las Naciones Unidas.
Fuente: Telesur
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